Diamantes sintéticos: Historia y métodos de síntesis
Los diamantes sintéticos se obtienen a través de procesos tecnológicos, que son totalmente opuestos a los de los diamantes naturales, que se obtienen por la propia geología. Los sintéticos también son llamados diamantes CVD, este último término se refiere al método de producción y obtención empleado. Actualmente, los diamantes sintéticos se pueden conseguir en calidad de gema, con grandes tamaños y muchos tipos de coloración distintas. Hoy en día resulta imprescindible detectar un diamante sintético y saber diferenciarlo de uno natural, ya que el valor difiere. En ciertos casos, identificar un diamante sintético no es nada sencillo, por lo que se necesitan los servicios de laboratorios especialistas en la materia.
Historia del diamante sintético y técnicas de síntesis
El primer diamante sintético fue obtenido en el año 1954, cuando General Electric utilizó un método que se basaba en cristalizar el carbono en diamante a una presión y temperatura muy alta. Se utilizan presiones de entre 50 y 60 kbar y temperaturas de entre 1300 y 1600ºC. Imitando así las condiciones de origen del diamante natural que se dan en la tierra, a unos 200km bajo tierra. El método en sus siglas en inglés se llama HPHT (alta temperatura y alta presión). Cuando vieron que funcionaba, este método se convirtió en la principal fuente de diamantes sintéticos de carácter industrial. Aunque se usan para estética, principalmente este tipo de técnica sirve para producir diamantes con el objetivo de ser abrasivos y formar parte de otras herramientas.
Por otro lado, obtener diamantes sintéticos siguiendo el método HPHT es mucho mas complejo y costoso, aunque es cierto que en el año 1970 se hubiera obtenido de esta forma diamantes sintéticos de hasta un quilate de peso. A comienzos de los años 90, los avances tecnológicos abarataron los costes y se comenzó a comercializar el diamante sintético HPHT de calidad gema.
El método CVD
Antes hemos mencionado esta forma de obtener diamantes, y que es la que le da el nombre a los mismos. Hablamos de un método que no necesita de altas temperatura ni presiones. El CVD o método de deposición de valor químico utiliza el gas metano como fuente de carbono, que al ser mezclada con el hidrógeno provoca un proceso de ionización mediante el plasma. Estos iones de carbono se posan sobre la superficie creando una capa de diamante muy fina.
La primera vez que se empleó este método data del años 1952, aunque al ser mucho más lento que el HPHT, no se llegó a plantear como una alternativa real para la obtención de diamantes. Este tipo de diamante CVD tiene muchas más aplicaciones y ante el se abre un enorme campo de investigación. Por otro lado, el método CVD ha permitido que se puedan obtener monocristales de diamante sintético en calidad de gema. Desde el año 2005 se comercializa esta variación.